viernes, 2 de mayo de 2014

Wish you good luck

La noche anterior a mi último día en PSE, llovió. Estamos al final de la estación seca y todavía no es habitual que lo haga. A la mañana siguiente, cuando me despedía de Rithy, el nuevo responsable de Recursos Humanos, me dijo que eso era un buen augurio. Los espíritus enviaban el agua por algún motivo que no fui capaz de entender. Si yo quisiera creer en la cábala, en las coincidencias o en el destino, por otras razones también pensaría que el día 29 de abril había sido un día propicio.

Así, tras una noche de lluvia, llegó mi último día en PSE. Aunque sabía que en algún momento tenía que hacerlo, la sensación no dejaba de ser extraña. No parecía que fuera a ser un día normal, y no lo fue. Cuando llegué a mi oficina, encontré la silla decorada con unas flores y un collar hechos con papel. No sé a ciencia cierta si los niños lo habían preparado sabiendo que era mi último día o simplemente lo hicieron porque algunos de ellos tenían el día libre, pero el caso es que fue una manera especial de empezar la que sería mi última jornada.

Mesa decorada por los niños

En la agenda del día tenía dos puntos principales a cubrir: reunión de cierre y transferencia de la información generada en el proyecto. Había también un tercero, a priori el más fácil, pero era el que pensaba que más me iba a costar: quería despedirme personalmente de varios compañeros.

La reunión no fue una reunión más. A pesar de tratar puntos importantes del proyecto, no pude evitar pasar un largo rato agradeciendo a los directores cómo me habían acogido y su compromiso al trabajar conmigo. Comenzamos a ponernos melancólicos. Más tarde, para la parte de transferencia de la información generada en el proyecto, conté con unas ayudantes de excepción. Mientras, a su ritmo, los documentos se subían al sharepoint, ellas jugaban al Angry Birds.

Knowledge transfer en PSE

Por la tarde, inicié mi particular peregrinaje. Lo comencé en el Departamento Social, donde Socheat, incansablemente optimista, repitió sus dos grandes mantras: "la vie set belle" e "ici, aujourd'hui, maintenant". Los haré míos. A los asistentes sociales les siguió el Departamento de Finanzas; luego Recursos Humanos, IT, Administración. Me despedí también de la gente de FLIP, el Área de Proyectos. También de algunos profesores... La mayoría de ellos me despedían con la misma fórmula: "Wish you good luck". A todos les respondía diciéndoles que no era una despedida, que volvería al menos dos o tres veces antes de irme y que lo haría también más adelante. No sé cuándo, pero estoy seguro de que lo haré.

A pesar de que mi último día en PSE ya ha pasado, aún me quedan muchas despedidas por hacer. Deliberadamente, las estoy alargando, como si quisiera estirar mi paso por aquí. Salvo el peregrinar por PSE, apenas ha habido una despedida formal, de esas con discurso y repaso de los buenos momentos. Pronto hablaré de todas ellas, porque aún me quedan varias.

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