viernes, 7 de febrero de 2014

La visita del Rey

Hoy ha sido uno de esos días en los que sientes que el proyecto en que participas adquiere más sentido que nunca. Hoy, PSE ha recibido la visita del Rey de Camboya, S.M. Norodom Sihamoni. Ha sido un día emocionante, emocionante de verdad, en el que todos los trabajadores de PSE hemos recibido el reconocimiento del Rey, y los niños y jóvenes, su cariño y sus ánimos para estudiar y salir adelante.

El significado de la visita es mucho mayor de lo que me había podido imaginar. Desde que vivo en Camboya, me he esforzado por conocer su cultura y entender sus costumbres. Sin embargo, hasta hoy no he sabido de verdad lo que la figura del Rey representa para los camboyanos. El Rey es para ellos un ser casi divino. Sólo Buda está por encima de él. El respeto y la admiración que los khmeres sienten por su Rey difícilmente se puede describir con palabras. Hoy, lo han acogido con verdadero fervor.

La excusa formal de la visita era la inauguración del nuevo internado de PSE y la planta fotovoltaica que la Fundación Alstom ha financiado y ayudado a instalar. Todo tenía que estar perfecto y todo el mundo se movilizó para que así fuera. Durante la semana, PSE ha sido un hervidero de preparativos. Todo el mundo ha participado. Los alumnos se esmeraban en limpiar y decorar el centro, los responsables atendían pacientemente a los agentes del Palacio Real que revisaban la seguridad del centro y el equipo de dirección redactaba y revisaba sus discursos. Incluso esta misma mañana, se ultimaban los últimos detalles. Al final, todo el mundo hacía de todo.

Christian y Marie-France des Pallières reciben a S.M. Norodom Sihamoni

PSE estaba hoy más llena que nunca. En las carpas que se han montado en los terrenos de deporte de "mecánica" se reunían miles de niños y jóvenes, familiares suyos que acudían con invitación, todo el personal de la ONG y varios invitados (compañías donantes, otras ONGs, etc.). En los instantes previos de la llegada se sentía una emoción que, he de reconocer, me era difícil de compartir. Todavía no me hacía a la idea de lo que representaba la visita. En cuanto se supo que la comitiva estaba en PSE, los niños comenzaron a gritar, agitando banderas de Camboya, otras con el escudo real y también imágenes del propio Rey, la Reina Madre y el difunto Rey Sihanouk.

El Rey tardó diez minutos en llegar al estrado que se había preparado para que presidiera el evento. Apenas tenía que recorrer unos cien metros, pero se detenía a saludar a cada una de las personas que lo guiaban en una hilera con dos filas de personas. Conforme pasaba el tiempo, me iba contagiando de la emoción. Tras escuchar el himno nacional, el acto comenzaba con un baile tradicional realizado por pensionnaires de PSE. Eran las mismas niñas a las que hemos visto bailar mil veces. Hoy lo hacían con una ilusión especial. Yo vi el baile casi en primera fila, en un lateral del estrado, junto a Vichhika y la profesora de danza. Era inevitable no emocionarse. El Rey no dejó de aplaudir a cada una de las niñas mientras lo reverenciaban al final del baile.

Estrado preparado para la ocasión

Tras la bienvenida, actuaron un grupo de niños discapacitados. Chetra, que está postrado en una silla de ruedas por sus malformaciones en las manos y en los pies, pero que tiene más desparpajo que nadie, cantó con mucho arrojo una canción camboyana. Mientras tanto, sus compañeros bailaban para el Rey. La emoción que se vivió entonces es algo que no puedo describir con palabras. Al final de la actuación, el Rey, ese semidiós, esa divinidad para los camboyanos, bajó del estrado para felicitar a Chetra. Cualquiera de nosotros lo habría hecho, pero que lo haga el mismísimo Rey de Camboya tiene un significado que no podía entender hasta vivirlo. Con su sincero gesto, el Rey conquistó a todos los asistentes. También a mí.

A partir de entonces se sucedieron los discursos. Pich, el Director de Programas, tuvo la buena o mala fortuna de tener que ser el primero que cogía el micrófono tras las actuaciones. Aún lleno de emoción, su voz se vio quebrada varias veces durante el discurso en que hablaba de la actividad de PSE. Tras Pich, habló Didier Farez, el Presidente de Alstom en Asia y, a continuación, el mismo Rey. Durante su discurso, S.M. Norodom Sihamoni reconoció la labor de PSE y nos animó a continuarla. Indicó que en palacio se conocía desde hacía mucho tiempo nuestra organización e informó que la Reina Madre hacía efectiva hoy mismo una donación de diez mil dólares y diez toneladas de arroz.

El Rey de Camboya, durante su discurso

Tras los discursos, el Rey condecoró a Christian y Marie-France des Pallières con la máxima distinción otorgada en el Reino de Camboya. Pich y Sovan, su número dos, recibieron también el nombramiento como Oficiales del Reino. Aún tendría Christian un último turno de palabra. Sin papeles, como no podría ser de otra manera, y en un tono muy cercano, agradeció al Rey su visita y a los empleados, nuestro trabajo. Nos animaba a seguir luchando, cada uno desde su trinchera. Estoy convencido de que desde hoy la gente lo hará con aún más ganas.

Inauguración oficial del nuevo internado de PSE


El Rey saluda a niños, jóvenes y trabajadores de PSE

Para entonces, sólo quedaba visitar el internado. Nuevamente, el Rey tardó más de diez minutos en recorrer los cien metros que separaban el estrado del edificio. En esta ocasión, Pablo y yo estábamos en la hilera de personas a las que saludaría. Lo esperábamos de rodillas y con un gesto de respeto. Como a todos los de la fila, nos saludó. Además, en un perfecto francés, nos agradeció la labor que hacíamos. Su agradecimiento sonaba sincero. Tras la visita al internado, se dirigió a su coche, desde el que se despidió afectuosamente de todas las personas que estaban en su camino.

El Rey, saludando de nuevo a los estudiantes discapacitados. En la fotografía, con Chetra

La visita del Rey fue corta, tan sólo duró un par de horas. Sin embargo, sus efectos durarán mucho más. Los niños y jóvenes la recordarán siempre; los empleados también. Sin duda, ha reafirmado el sentido de pertenencia a PSE. El reconocimiento real recuerda y refuerza la importancia de la labor que hacemos. Ha sido, sin duda, uno de los días más importantes de la historia de PSE.

Salida de PSE

Agradecimientos: Fotos cortesía de Edvige Bordone y Pour un Sourire d'Enfant

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