viernes, 17 de enero de 2014

La vuelta a @psncamboya

Desde el mismo momento en que publiqué que me encontraba en Singapur, apenas a una hora y media de vuelo de Phnom Penh, empecé a recibir mensajes de mis compañeros camboyanos. No les había dicho hasta entonces el día exacto en que volvía; entre otras cosas porque cuando me marché de aquí, no lo sabía ni yo. En ese inglés que sólo entendemos entre nosotros, me escribían palabras de cariño e ilusión por el regreso. Dos horas después, aterrizaba en Phnom Penh.

El día de mi llegada fue el típico día de jet lag. Habían pasado unas veinte horas desde que salí de Madrid y, sin embargo, en España era el mismo día. Había hecho una suerte de "regreso al futuro". La mañana se me escapó deshaciendo maletas y la tarde pasó rápido. En algún momento me debí dormir porque se me hizo muy corta. Llegó la noche y, con ella, la visita de Pablo y Carlota para cenar y ponernos al día. Parecía que no habían pasado los días, las cuatro semanas que había estado fuera. Al fin y al cabo, habíamos hablado durante casi todas las vacaciones. Aún así, teníamos muchas cosas que contarnos, todas buenas. Más tarde llegó mi hermano. Al verlo, se me hizo raro recordar que hacía unos meses era yo quien lo iba a buscar al aeropuerto. Tras una larga sobremesa, las risas y anécdotas dejaron paso al cansancio acumulado del viaje. Al día siguiente continuarían los reencuentros. Y fueron muchos.

El reencuentro con PSE fue realmente especial. Especial y difícil de describir. Es difícil no porque sea duro, al contrario. Es difícil porque "simplemente" es complicado. Es algo que saben los voluntarios que repiten cada verano, año tras año. Es algo que sabe la gente que colabora frecuentemente con la organización. Es algo que, desde luego, saben Pablo y Carlota. Es algo que ahora sé yo también. Es volver a ver a compañeros, a tus "nuevos amigos", a los niños. Es que te digan que los pequeños han preguntado por ti durante las semanas que has estado fuera. Es ver cómo se alegran al verte. Es... es algo que no se describe con palabras. Quizás la mejor manera de entenderlo sea viendo las fotografías de los niños para los que trabajamos que diariamente toma Carlota. Quizás sólo así pueda explicar lo que significa volver a PSE. Aquí hay sólo una. Os animo a verlas todas en la cuenta de Instagram @psncamboya.


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