lunes, 7 de octubre de 2013

Vacaciones de Pchum Ben

Vichhika y Mengsry dicen que PSE es su familia. Lo dicen y lo demuestran en su trabajo cada día. Lo dicen y lo demuestran también en sus vacaciones. Las suyas no son unas vacaciones cualquiera. Son las vacaciones de una familia con casi cien niños.

Todo es especial cuando se trata de movilizar a cien personas. El transporte, el alojamiento, la comida, las actividades. Como en toda familia grande, cada uno parece tener asignada su tarea. Los mayores cuidan de los pequeños, los cocinillas cocinan, los más graciosos entretienen y los alborotadores alborotan. Nosotros, como si fuéramos los primos que vienen de lejos, intentamos ayudar como podemos.

La ocasión que nos ha reunido ha sido la festividad de Pchum Ben. Se trata de una fiesta tradicional camboyana en la que se recuerda a los familiares fallecidos. Para ello, la mayoría de la gente vuelve a sus provincias de origen donde acude en masa a las pagodas. Nosotros hemos ido a Sihanoukville y nos hemos alojado en el centro que PSE tiene en la ciudad. "Nosotros" somos Vichhika, Mengsry y su equipo, casi cien niños incluyendo pensionnaires y handicapés de los programas de 
PSE y, por último, los voluntarios extranjeros; mi hermano Alberto, mi "nuevo hermano" Pablo, Yurie, Antonia y yo.

Vichhika y Mengsry

Pablo, Álvaro y Antonia

 Yurie y Alberto

Juntos hemos jugado, disfrutado de la playa y de los ríos de Sihanoukville, de la cocina camboyana, también de la occidental en ocasiones especiales, de la música y del baile. Juntos hemos ido a la pagoda, visto cómo los niños recordaban con devoción a sus familiares y ofrecido a los monjes flores, incienso y una pequeña limosna. Juntos también hemos sufrido la lluvia omnipresente, la conjuntivitis y acudido a un decadente hospital camboyano. También hemos aprendido algo de khmer, más francés, palabras sueltas en japonés e incluso alguna coreana, además de haber enseñado algo de español.

La experiencia para mí no ha sido nueva, pero no por ello he dejado de disfrutarla. Al contrario. Ya había tenido la suerte de vivirla en abril en Siem Reap durante las celebraciones del año nuevo camboyano. En esta ocasión, quizás lo más especial para mí haya sido compartir con mi hermano unas vacaciones de un modo en el que no lo habíamos hecho hasta ahora. Todo era nuevo para él. No sólo el país, también la gente y, sobre todo, la relación con los niños. Ha descubierto lo que hace PSE, lo que intento hacer yo y, por encima de todo, mil muestras de cariño por parte de otros tantos niños. Verlo jugar con Chon me recordaba de algún modo a cuando jugábamos de pequeños. Sus conversaciones con Ratana eran como las nuestras y la forma en la que hablaba con los niños era igual que cuando hablaba con nuestros primos pequeños.


 Visita a la pagoda con motivo de la festividad de Pchum Ben

Durante estos días también he podido conocer de otra manera a la gente con la que trabajo en PSE. Yurie trabaja en el área de Fundraising y su experiencia aquí le ha servido para conocer mejor la inmensa labor que se hace con los pensionnaires. Seguro que a partir de ahora "contará" PSE de otra manera. Antonia por su parte, es una voluntaria francesa que tiene previsto colaborar con PSE durante tres meses para luego cursar estudios de puericultura. No puede haber escogido mejor manera de comenzar. Seguro que lo hará muy bien. Y sobre Pablo, qué decir. Cada día me sorprenden más su pasión por PSE, sus ganas de ayudar y su entrega incondicional. PSE ganaría mucho si decidiese quedarse más allá de marzo.

Han sido unos días estupendos. La mejor prueba de que uno lo ha pasado bien durante sus vacaciones es que se hayan pasado rápido. Éstas lo han hecho a la velocidad del rayo. Cuando uno está rodeado de buena gente, todo es bueno y, volviendo al inicio, Vichhika y Mengsry, los "padres" de esta familia de pensionnaires, son quizás las mejores personas que he conocido en Camboya. Me alegro de formar parte de "su familia".



Playa de Sihanoukville