domingo, 18 de agosto de 2013

Choeung Ek, los campos de exterminio

Durante el régimen de los Khmeres Rojos, el que se llamó de la Kampuchea Democrática, murieron en Camboya más de un millón y medio de personas de una población que apenas superaba los ocho. Incluyendo las muertes de hambre o por enfermedad, la cifra podría llegar a los dos millones y medio. El país vivió un auténtico genocidio. Hasta la fecha se han encontrado más de veinte mil fosas comunes. Entre ellas, la más famosa son los "Killing fields" o campos de exterminio de Choeung Ek a las afueras de Phnom Penh. Son los mismos que he visitado hoy.

Choeung Ek era el destino final de los prisioneros que se derivaban de Tuol Sleng, la prisión S-21. Tras la caída del régimen se descubrieron en ellos 8.895 cuerpos. La mayoría de ellos pertenecían a los enemigos políticos de los Khmeres Rojos. En un principio eran gente vinculada al antiguo régimen. Más tarde cualquiera que tuviera estudios, hablara un idioma extranjero o, simplemente, llevara gafas.

El proceso de ejecución era sencillo. Los camiones que trasladaban a los prisioneros llegaban a los campos de noche. Primero dos o tres al mes, unas cien personas. Avanzada la locura totalitaria, esa cifra sería prácticamente diaria. Sin saber por qué ni para qué eran trasladados, eran ejecutados la misma noche de su llegada. A las sangrientas escenas de su breve tortura - se intentaban ahorrar balas -, se le unía una banda sonora de propaganda del régimen. Junto con el ruido de los motores diésel para iluminar la escena, sonaban bien fuerte no para convencer a nadie, sino para hacer inaudibles sus gritos.

¿Cómo pudieron suceder estos hechos hace tan poco tiempo? Esta es la pregunta que no dejo de plantearme. No encuentro respuestas. Quizás nada ejemplifique mejor la locura de Pol Pot que su propia frase: "Mejor matar a un inocente por error que dejar vivo a un enemigo por error". Por su parte, el personaje de Dith Pran en "The killing fields" ("Los gritos del silencio", en español), basado en su historia real como fotógrafo asistente del corresponsal de The New York Times, resume la ideología del Angka:
Dith Pran: They tell us that God is dead. And now the Party, they call the Angka, will provide everything for us. He says, Angka has identified and proclaims that the existence of a bad new disease, a memory sickness like those that think too much about life in pre-revolutionary Cambodia. He says, we are surrounded by enemies. The enemy is inside us. No one can be trusted.
[young boy crosses out parents in stick figure family on blackboard] 
Dith Pran: We must be like the ox and have no thought, except for the Party. No laugh, but for the Uncle. People starve, but we must not grow food. We must honor the comrade children, whose minds are not corrupted by the past.
Izquierda: Estupa del Memorial Choeung Ek. Contiene más de ocho mil cráneos de las víctimas.
Derecha: "Killing tree", arrojándolos contra él se asesinaban bebés y niños pequeños.

Izquierda: Nuevos restos de huesos encontrados en las fosas tras la exhumación inicial.
Centro: Restos de ropa de las víctimas que todavía salen del suelo en la estación de lluvias.
Derecha: Uniforme de los Khmeres Rojos (mujer-hombre).

 Aspecto de las fosas comunes más de treinta años después.

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1 comentario:

  1. Estuve en Camboya hará 3 años y todavía no me he podido quitar muchas cosas de la cabeza. Una de ellas fue su trágica historia y su materialización en forma de campos de extermino. La verdad es que pude hablar con algunas personas y demás pero me quedé con mucho en el tintero.
    Hace poco dediqué un post a este mismo tema The dark history of democratic Kampuchea
    y documentándome a través de varias fuentes y de un libro que me compré allí "The lost executioner" reparé en que aún algunos altos cargos siguen desaparecidos sin ser juzgados y por ello no se han conseguido más testimonios que ayudasen a reconocer a las víctimas que se exponen en fotografías.
    De cualquier manera creo que al no haber tenido la difusión que un atentado de esta magnitud se merece, creo que contribuye a que quede en la memoria colectiva y no se desvanezca.

    ¡Disfruta de tu experiencia!

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