jueves, 8 de agosto de 2013

El viaje de mi hermano

"La travesía de mil millas comienza con un paso"
Lao-Tsé

Cual Robinson Crusoe, el martes aterrizó en Phnom Penh mi hermano Alberto. Al ver su foto en el área de llegadas del aeropuerto, su amigo Javi Yagüe comentaba ácidamente: "Llega con el aspecto que se supone que tendría a su vuelta. ¿Cómo estará entonces?". No le faltaba razón, al menos en la primera parte de la frase. Pertrechado únicamente con una mochila y con todos sus aparejos fotográficos, su barba de náufrago hacía pensar que venía de un largo viaje en el que habría estado aislado de la civilización.


En realidad venía de Lavapiés y a pesar de que no estuviese aislado del mundo, lo cierto es que su viaje fue largo. Lo fue por las muchas horas de vuelo y de escala en Doha y Ho Chi Minh, la antigua Saigón. No cabe duda de que ha dado el primer paso de una gran aventura. Lo es conocer un continente nuevo, una cultura diferente y gente, mucha gente. Ya en el mismo aeropuerto comenzaba a hacerlo. Todo le parecía distinto. Su sorpresa fue en aumento conforme navegábamos de vuelta a casa por las calles de Phnom Penh. Navegábamos, literalmente. El martes cayó el monzón más fuerte de la temporada hasta la fecha. Las calles de la capital se inundaron y casi había que achicar agua del tuk tuk.

Una vez en casa, merecido descanso tras el largo viaje. Por la mañana, con la luz del día, se descubriría otra visión de la ciudad. A partir del miércoles comenzaba el segundo paso del viaje. Y lo hizo en PSE. Más tarde, el resto de la ciudad. Será a él a quien corresponda recoger sus impresiones del país. Por mi parte, sólo puedo hacer mías las palabras de Pepín y Noelia desde Colombia: "Es un gusto poder enseñarle a la gente querida la vida que estamos viviendo en estos mundos".

Seguro que mi hermano y yo hacemos un buen equipo aquí en Camboya. Como el de Guy Hamilton y Billy Kwan en Indonesia en "El año que vivimos peligrosamente". Igual que en la película, me imagino a Alberto diciendo:
Billy Kwan: We'll make a great team, old man. You for the words, me for the pictures. I can be your eyes.
Sea así, él con las imágenes y yo con las palabras, al revés o las dos cosas a la vez, de lo que estoy seguro es de que en Camboya descubriremos muchas cosas y de que las contaremos aquí.

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