viernes, 8 de febrero de 2013

Madrid - Phnom Penh

"Vive y actúa, querido hijo, de forma que aunque todo el mundo te vea no tengas de qué avergonzarte, y que siempre se pueda decir de ti que eres un hombre"

Han sido muchos los días en que, hora tras hora, pensaba en Camboya. Muchas las noches en vela deseando que el viaje empezase al día siguiente. Y el día llegó: 7 de febrero de 2013. Era la fecha que marcaba el calendario para iniciar el viaje.

La casa vacía, pero no los recuerdos. Las maletas llenas de mucho más que ropa. Las ilusiones intactas. La jornada empezó pronto, con un desayuno en compañía de Juan Pedro. Él me contó su experiencia en Camboya y me dio los últimos ánimos para iniciar el viaje. A partir de ahí, visita a casa de mis padres, quienes me acercaron junto a mi hermano al aeropuerto. Embalaje de maletas, sobrepeso, lo esperado. Y por fin el momento de la despedida. Abrazos largos, besos, últimos consejos y confidencias al oído. Quizás la primera sensación de vértigo desde el otro lado del control de equipajes. Tan cerca todavía, y al mismo tiempo ya tan lejos. No había vuelta atrás.

Desde la cola para embarcar al avión, los últimos mensajes y what's apps, quizás los más sentidos y sinceros, con una sensación muy alejada a la de una despedida: Irme lejos no significa estar lejos. Por fin, el personal de Qatar Airways llama para el embarque. Impaciente, estoy de los primeros de la fila. Entro en el avión, coloco meticulosamente mi equipaje de mano y me acomodo. Comienzo a escribir mientras me esperan dos escalas - Doha y Bangkok - y un destino final: Phnom Penh.


2 comentarios:

  1. Acabo de toparme con este blog, tb he contado algo de mi experiencia en PP en blogger y parece que me leo a mi misma! Espero que todo vaya bien por tierras camboyanas! A mí ya me llega la hora de volver a Madrid. Saludos!

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